George Russell logró la pole position para el Gran Premio de Singapur y superó por 0,182 segundos a Max Verstappen, con Oscar Piastri justo detrás. Fue una clasificación contundente del británico de Mercedes, en la que el monoplaza mostró un nivel de rendimiento sobresaliente cuando no ha sido el gran año del equipo de la estrella plateada.
“El auto cobró vida justo cuando lo necesitábamos”, declaró Russell tras bajarse del coche. Fue una demostración de carácter y de fortaleza mental, en un escenario que un año antes lo había castigado con un error en la última vuelta.
Mientras tanto, McLaren quedó atrapado en una sesión desconcertante. Pese a haber mostrado ritmo en las prácticas, no lograron convertir esa velocidad en posiciones clave en la grilla. Piastri, líder del campeonato, fue tercero, pero sin haber amenazado seriamente la pole. Norris, por su parte, quedó relegado al quinto lugar y se vio envuelto en una polémica por supuestamente haber entorpecido la vuelta final de Verstappen.
El contraste fue brutal. McLaren llegaba como favorito tras su dominio en ediciones anteriores en Singapur, pero el equipo se mostró errático en momentos clave: la estrategia para salir a pista, la gestión del tráfico y la puesta a punto no estuvieron a la altura de un candidato al título.
Russell, en cambio, capitalizó cada oportunidad. Incluso tras un viernes complicado, con un accidente en la práctica 2, el británico mantuvo la calma y lideró a Mercedes hacia una pole vital. Singapur es un circuito donde adelantar cuesta, y salir desde adelante puede marcar la diferencia entre una victoria o un podio frustrante.
Con esta pole, Russell no solo rompe la hegemonía de McLaren y Red Bull en clasificaciones recientes, sino que también revitaliza la narrativa del campeonato. Si logra mantener el liderato el domingo, podría cambiar el curso de una temporada que parecía escrita con otro protagonista.
Mañana domingo a partir de las 9 de la mañana se verán las cartas sobre la mesa.
