El presidente de Toyota, Akio Toyoda, ha vuelto a poner en el centro del debate el impacto ambiental de los vehículos 100 % eléctricos frente a los híbridos. En una entrevista recogida por Automotive News, Toyoda afirmó que “9 millones de coches eléctricos puros contaminan lo mismo que 27 millones de automóviles híbridos”. Con esta comparación, el ejecutivo nipón cuestiona la estrategia de electrificación pura a la que apuntan la mayoría de fabricantes.
Toyoda basa su argumento en dos pilares. Primero, señala que la fabricación de baterías eleva notablemente las emisiones de carbono en la fase de producción, un coste que —según sus cálculos— solo se amortiza a largo plazo y si la electricidad procede de fuentes limpias. “Si hubiéramos fabricado 9 millones de vehículos eléctricos en Japón, en realidad habríamos aumentado las emisiones de carbono, en lugar de reducirlas, porque Japón depende de centrales térmicas para generar electricidad”, afirmó.
En segundo lugar, Toyoda recuerda que las 27 millones de unidades a las que compara los 9 millones de eléctricos coinciden con el total de ventas acumuladas de híbridos de Toyota desde el lanzamiento del Prius de primera generación. Con ello pretende subrayar que, en su opinión, “apostar todo por el vehículo 100 % eléctrico es un error” mientras persista una red de generación energética con alta huella de carbono.
No obstante, este planteamiento omite matices importantes. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, un coche eléctrico medio en Europa produce entre un 17 % y un 30 % menos de gases de efecto invernadero a lo largo de todo su ciclo de vida que un equivalente de combustión tradicional, gracias a las menores emisiones en fase de uso. Además, el fenómeno conocido como “long tailpipe” —el desplazamiento de las emisiones desde el tubo de escape hasta las centrales eléctricas— depende en gran medida de la mix energética y tiende a reducirse conforme crece la penetración de renovables.

Más allá de la parte medioambiental, Toyoda lanzó una advertencia sobre el impacto socioeconómico: una electrificación masiva y apresurada podría “destruir muchos empleos de la cadena de suministro en todo el mundo”. Esa preocupación se enmarca en la estrategia de Toyota, que mantiene una apuesta dominante por los híbridos convencionales y los enchufables (PHEV), mientras avanza de forma más comedida en los eléctricos puros. En 2024, la marca volvió a liderar el mercado mundial de automóviles por quinto año consecutivo, un éxito que Toyoda atribuye en parte a su enfoque gradualista.
Por último, Toyoda pronosticó que los vehículos eléctricos puros “nunca superarán el 30 % de la cuota de mercado” y defendió la exploración de tecnologías alternativas, como el hidrógeno, que de momento no han alcanzado un desarrollo suficiente. El tiempo dirá si esta visión pragmática de Toyota demuestra ser más acertada que los planes de electrificación acelerada de otros fabricantes.